15 ene 2013

Ráfaga de Viento

Abrió los ojos, notó que su mano tenía un ligero temblor, movió los dedos para comprobar que estaba vivo. Su cara estaba rasguñada, sus mejillas pintadas de barro, sus labios pálidos y secos. Sintió una piedra en su espalda; le lastimaba hasta los riñones. Levantó un poco su cuerpo con dificultad, metió su mano, tomó la roca y la sacó. Giró su cabeza al cielo, era medio día, el sol golpeaba de lleno su rostro. Apoyó sus manos sobre las hojas crujientes y logró sentarse. Estaba rodeado de árboles secos; decenas de ellos, quizás miles. Se sintió pequeño como un insecto. Contempló el bosque durante un largo tiempo y luego se levantó. Sacudió su cabello, su camisa y su pantalón. Recogió el zapato que había perdido y vació los granos de tierra que había dentro. Se calzó y comenzó a caminar hacia adelante, o tal vez hacia atrás.


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